
La educación financiera es una herramienta fundamental que tiene como objetivo dotarnos de competencias necesarias para gestionar nuestras finanzas.
Por eso, porque en Afluenta queremos colaborar con este objetivo, te presentamos la campaña “Glosario Afluenta”, en donde buscamos dar luz a algunos términos o frases del mundo financiero que no son simples de entender.
En esta primera nota vamos a comenzar con 3 clásicos: costo de oportunidad, portafolio y tasa de interés simple y compuesta.
Costo de Oportunidad
Es aquel costo que no se realiza para priorizar otra inversión más urgente o prioritaria. Es decir, es a lo que renunciamos cuando tomamos una decisión económica.
Por ejemplo, si tenemos un presupuesto para elegir entre irnos de vacaciones o cambiar el auto, tendremos un costo de oportunidad sea cual sea nuestra decisión. Vamos a elegir una opción renunciando a la otra.
Si hablamos de inversiones, el costo de oportunidad es la ganancia o beneficios que no vamos a tener si elegimos otra opción para depositar nuestro dinero.
Portafolio Afluenta
Es el conjunto de participaciones en créditos que un acreedor puede estructurar para subastar el flujo de fondos que va a recibir en el futuro.
En Afluenta, cada crédito debe cumplir ciertas condiciones para sumarse a un portafolio. Entre ellas están:
Que haya cumplido con el pago de al menos 3 cuotas.
Que no tenga un atraso mayor a 7 días en el pago de su último vencimiento.
Que no integre simultáneamente más de un portafolio.
Tasa de interés simple o compuesta
Antes de diferenciar lo que es una tasa simple de una compuesta definamos tasa de interés: es el valor que se debe abonar por el uso de un dinero pedido a crédito durante un determinado período de tiempo. Se estima en base al monto solicitado y los plazos de financiación para devolverlo.
Ahora si, ¿cuál es la diferencia entre el interés simple y compuesto?
La tasa de interés simple es aquella cuyos intereses obtenidos al vencimiento no se agregan al capital para generar nuevos intereses. El interés simple se calcula sobre el capital inicial. Si por ejemplo depositás por USD 1.000 en una cuenta con una tasa anual del 2% ganarías USD 20 (USD 1.000 x 0,02) cada año qu
El interés compuesto, en cambio, se calcula sobre el capital de una cuenta más cualquier interés acumulado. Tomando el mismo ejemplo, ganarías USD 20 (USD 1.000 x 0,02) de interés el primer año y el segundo ganarías USD 20,40 (USD 1.020 x 0,02).
¿Conocías estos tres términos? Te invitamos a dejarnos los que querés que sumemos a esta sección en nuestras redes sociales: @afluenta (Twitter, Instagram y Facebook)
Palabras clave:
Finanzas Educación Financiera Glosario Afluenta Tasa de Interés Costo de Oportunidad

Un perfil crediticio es el registro completo de todos tus préstamos y pagos efectuados. Incluye información sobre las tarjetas de crédito, las facturas de servicios públicos e incluso las hipotecas. Todos estos datos son analizados y se resumen en una puntuación final que se llama “score”.
Con dicha puntuación, los bancos o las entidades financieras pueden determinar a quién le pueden ofrecer productos o préstamos y determinar montos y plazos. Cuánto más alto es el score, mejor es tu perfil crediticio.
Si después de leer esto creés que tu score no es relevante, pensalo dos veces. Es importante mantenerlo lo más alto posible no sólo si querés solicitar un préstamo, sino también si estás pensando en pedir una nueva tarjeta de crédito o aumentar el límite en una que actualmente tengas. Este valor afecta muchos más aspectos de tu vida de los que te imaginás.
Te compartimos 4 tips para mejorar tu perfil:
1. Buscá la reducción inmediata de gastos superfluos.
Cuidate de los gastos hormiga y listá tus gastos para detectar cuáles son los consumos fijos que tenés y cuáles los que son innecesarios.
2. Disminuí el uso de tus tarjetas de crédito, así evitás que crezca el monto total de tu deuda.
Suele ocurrir que utilizamos las tarjetas de crédito para pagar en cuotas y sin darnos cuenta adicionamos una suma fija todos los meses. Cuanto mayor uso hacemos de la tarjeta, mayores son los montos. que aparecen en el resumen y que luego dificultan el pago de su totalidad.
Es por eso que la mejor solución es usarlas a conciencia. Y si querés comprar algo en cuotas, mejor tomalo como un proyecto para el que debés ahorrar para conseguirlo.
3. Priorizá el pago de los préstamos o deudas más costosas.
Son las que más perjudican tu perfil crediticio y aunque sean las más difíciles de pagar, son las primeras a las que tenés que abocarte.
Si deseás unificar tus deudas en una sola obligación de pago, en Afluenta podés acceder a un crédito para poner al día tus finanzas. Te invitamos a calcular tu cuota en www.afluenta.com
4. Alertá a tus acreedores y manifestales tu intención de realizar un pago extendido o refinanciación.
Cualquier acreedor quiere recibir el pago de una deuda, es por eso por lo que la mayoría está dispuesto a realizar un plan para que puedas regularizar tu situación lo antes posible.
Recordá que cada vez que solicites un crédito o una tarjeta en cualquiera de sus formatos, tu score va a ser quien hable de vos, de tu historial crediticio y tu capacidad de pago.
Palabras clave:
Finanzas Educación Financiera Tips Finanzas Glosario Afluenta Tips Afluenta Perfil Crediticio

Este término (también es conocido como “colchón financiero”) es muy mencionado al hablar de salud financiera, pero ¿sabés lo que significa?
El fondo de emergencia es una suma de dinero que se tiene ahorrada exclusivamente para una situación urgente e imprevista. No forma parte del ahorro para las vacaciones, para el auto o para los proyectos programados y no debería usarse para cumplir las metas de ahorro que te propongas.
Llamamos emergencias a hechos imprevistos que implican el gasto de importantes sumas de dinero. Por ejemplo:
Períodos de inestabilidad laboral.
Reparaciones del auto o electrodomésticos (aire acondicionado, lavarropas, heladera, etc.).
Cuestiones médicas que no cubra tu obra social o prepaga.
Viajes por enfermedad de un familiar.
Arreglos en el hogar (rotura de caños, vidrios, etc.).
Cualquiera de estos casos puede desestabilizar las finanzas planificadas del mes. La mejor forma de estar protegidos es prepararse para estas urgencias. En estos casos los expertos recomiendan tener un resguardo de dinero destinado únicamente para estos casos y que, al solucionar el inconveniente, vuelva a ser restaurado a su totalidad la próxima vez que se lo necesite.
¿Cómo calcular el fondo de emergencia ideal?
Una buena forma de calcular ese “colchón” es tomando como referencia el valor de tu sueldo y multiplicarlo por 2 o 3. Otra forma de calcularlo puede ser sumar tus gastos mensuales (alquiler, servicios, educación, supermercado) y multiplicar ese resultado por 3 o 6.
Utilizando cualquiera de las dos alternativas te asegurás estar resguardado por un período de tiempo razonable sin tener la necesidad de solicitar un préstamo o recurrir a tus tarjetas de crédito como forma de financiamiento.
¿Cuánto debería destinar a un fondo de emergencia?
Para lograr llegar a esa suma lo recomendable es ahorrar mensualmente por lo menos el 10% de tu sueldo. Si tenés la posibilidad de ahorrar más, podés usar el restante para invertir los proyectos que te hayas propuesto (vacaciones, auto nuevo, reforma en el hogar, etc.).
Si aún no has podido crear tu fondo de emergencia y necesitás financiamiento, en Afluenta podés acceder a un crédito para poner al día tus finanzas. Te invitamos a calcular tu cuota en www.afluenta.com
Palabras clave:
Finanzas Educación Financiera Tips Afluenta Fondo de Emergencia

Una de las principales formas de mantener tus finanzas en orden, afrontar gastos y generar ahorro consiste en conocer cómo se componen tus ingresos.
Conocer tus consumos te va a permitir tomar mejores decisiones y así evitar gastos innecesarios o superfluos.
Te compartimos 3 secretos que tenés que contemplar para que tus finanzas se mantengan saludables y tus ahorros se conviertan en proyectos concretos.
1) Definir metas de ahorro claras
Es importante planificar a corto, mediano o largo plazo las metas que te gustaría cumplir y en base a eso, el capital que necesitarás para poder lograrlas.
Dependiendo de la complejidad de las metas será el plazo que va a tomarte ahorrar el dinero necesario para poder llevarlas a cabo. Te dejamos algunos ejemplos de cada tipo para que puedas pensar las tuyas:
Corto plazo: comer en un buen restaurant, comprar indumentaria o calzado, ir al cine con amigos o con familia, etc.
Mediano plazo: hacer una escapada por un fin de semana largo o irte de vacaciones, cambiar el teléfono, hacer un pequeño arreglo en tu hogar, etc.
Largo plazo: comprar un auto, un terreno o una vivienda, etc.
Una vez que fijaste tus metas u objetivos vas a saber cuánto capital vas a necesitar para cumplirlos.
2) Listar tus gastos
Esta técnica te ayudará a identificar un patrón de consumo. Además, vas a poder visualizar qué gastos fijos reducir para ahorrar más y cumplir tus metas.
Es importante que registres todos los gastos que hagas tanto en efectivo como con tus tarjetas. Te recomendamos dividirlos en diferentes rubros (como movilidad, comidas, supermercado, salidas, estudios, vestimenta, etc.) para poder analizar una vez terminado el mes en qué rubro destinás un mayor consumo.
Existen diferentes apps que te ayudan a listar todos tus gastos con facilidad, sino también podés armar una planilla en tu computadora o, si no sos muy amigo de la tecnología, recurrir al anotador y papel. Lo importante es que te anotes todo.
3) Cuidarte de los gastos hormiga
Llamamos gastos hormiga a esas pequeñas cantidades de dinero que se gastan casi a diario y que, al considerarse insignificantes, no están contempladas en ningún presupuesto. Entre los más comunes podemos encontrar el café que comprás por la mañana, el viaje en taxi, las facturas que llevás a la oficina o incluso la comida del delivery.
Es importante tenerlos en cuenta para finalizar el mes sin sobresaltos y así poder aprender a diferenciar entre un gasto ocioso y uno realmente necesario.
Si querés saber más sobre los gastos hormiga, podés leer más haciendo clic acá
Mantener tus finanzas en orden es mucho más simple de lo que pensás, se trata de conocer tus consumos para hacer una pausa antes de hacer un gasto innecesario e ir adquiriendo hábitos para aprovechar al máximo tus ingresos dejando siempre un espacio para el ahorro.
Si deseás unificar tus deudas en una sola obligación de pago, en Afluenta podés acceder a un crédito para poner al día tus finanzas. Te invitamos a calcular tu cuota en www.afluenta.com
Palabras clave:
Finanzas Educación Financiera Tips Afluenta Salud Financiera

Estos gastos son los enemigos número uno de tu salud financiera. Se trata de pequeñas cantidades de dinero que se gastan casi a diario y que, al considerarse insignificantes, no están contempladas en ningún presupuesto.
Generalmente son gastos que suelen hacerse en efectivo, por lo que el rastreo se hace muy difícil si no acostumbras a guardar los tickets y llevar un control. También pueden hacerse con tarjeta de crédito y al revisar tu resumen mensual los desestimás por concentrarte en montos más altos.
Te dejamos algunos ejemplos de estos gastos para que puedas reconocerlos al leerlos y detectarlos:
Transporte: viajar en colectivo en lugar de ir caminando si son distancias cortas, o recurrir al taxi o a las aplicaciones de viajes en lugar de usar medios de transporte público.
Comida: comprar el almuerzo todos los días en lugar de prepararlo en casa, recurrir en exceso al delivery. Otro ejemplo es comprar comida para desayunar o merendar, ya sea en casa o en el trabajo.
Tentaciones: las golosinas, snacks u ofertas que creés que valen la pena. Todas esas pequeñas compras te hacen gastar de más innecesariamente. Ejemplos: productos dispuestos para "tentar" al consumidor en supermercados, farmacias y otros comercios, "promociones y ofertas" en indumentaria, belleza, electrodomésticos y otros rubros.
Ocio: salir a un bar, restaurant o café en lugar de reunirse en casa implica un gasto que no sólo no tenés programado, sino que desconocés el total del consumo.
¿Cómo reducir los gastos hormiga dentro del presupuesto mensual?
Si te sentiste identificado al leer los ejemplos, es momento de empezar tomar nota y analizar cuál es el porcentaje de este tipo de gastos dentro de tu total mensual y trabajar en reducirlos de a poco.
No hay fórmula mágica para hacerlo, pero algunas ideas que podés tener en cuenta son:
Ir a hacer las compras con un listado: ir al supermercado, farmacia, verdulería, fiambrería o almacén con una lista puntual de lo que necesitás para evitar "tentarte" con productos inncesarios.
Aprovechar los descuentos o acuerdos en los comercios: es muy común que existan descuentos por abonar en efectivo o con transferencia bancaria, así como también muchos comercios tienen acuerdos con diferentes tarjetas de débito o crédito en días puntuales que podés aprovechar. Es una forma inteligente de comprar lo que necesitás y ahorrar al mismo tiempo.
Antes de hacer una compra hacete las siguientes preguntas ¿lo necesito?, ¿qué uso voy a darle y por cuánto tiempo?: hacer esa pausa te va a ayudar a frenar compras compulsivas y evitar esa salida de dinero.
Llevar un registro de todos tus gastos: puede parecer molesto e innecesario, pero es la mejor forma de notar la presencia de gastos hormiga en tu presupuesto. Utilizá aplicaciones, hojas de cálculos o papel y lápiz, lo que más se adapte a vos.
Si necesitas un préstamo para saldar el acumulado de tus gastos hormiga, en Afluenta podés acceder a un crédito para poner al día tus finanzas. Te invitamos a calcular tu cuota en www.afluenta.com
Palabras clave:
Finanzas Educación Financiera Glosario Afluenta Gastos Hormiga