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Crowdfunding y Crowdlending, ¿son lo mismo?

/ Por Afluenta

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En los últimos años, el crowdfunding y el crowdlending se han convertido en dos alternativas populares para obtener financiamiento. Ambos modelos se basan en la colaboración de un gran número de personas para financiar un proyecto o una empresa, pero existen algunas diferencias importantes entre ellos.
Hoy en nuestra sección “Glosario Afluenta” vamos a poner luz sobre estos dos términos mostrando similitudes y diferencias.

¿QUÉ ES?
El crowdfunding es un modelo de financiamiento colectivo en el que un gran número de personas contribuyen con pequeñas cantidades de dinero para financiar un proyecto o una empresa. En general, las personas que participan en el crowdfunding no esperan obtener beneficios financieros a cambio de su contribución, sino que lo hacen porque creen en la idea del proyecto y quieren apoyarlo. A cambio de su contribución, pueden recibir recompensas no financieras, como productos o servicios del proyecto.

Por otro lado, el crowdlending es un modelo de préstamo colectivo en el que un gran número de personas prestan dinero a una empresa o individuo a cambio de un interés. En este caso, los inversores esperan obtener beneficios financieros a través de los intereses generados por el préstamo. El solicitante, por su parte, se compromete a abonar el capital solicitado junto con los intereses en un plazo determinado.

PRINCIPALES DIFERENCIAS
Una de las principales diferencias es la naturaleza del financiamiento. En el crowdfunding, los aportantes no esperan obtener un retorno financiero, mientras que en el crowdlending los inversores esperan obtener intereses a cambio de su inversión.
Otra diferencia importante es el nivel de riesgo involucrado en cada modelo. En el crowdfunding, el proyecto o la empresa no tienen la obligación de devolver la inversión realizada por los aportantes, lo que significa que existe un mayor riesgo de pérdida para los aportantes. En el crowdlending, el solicitante se compromete a devolver el capital del préstamo más los intereses en un plazo determinado, lo que reduce el riesgo para los inversores.

EN RESUMEN
En conclusión, mientras que el crowdfunding es un modelo de financiamiento colectivo en el que los aportantes no esperan obtener un retorno financiero, el crowdlending es un modelo de préstamo colectivo en el que los inversores esperan obtener intereses a cambio de su inversión.
Ambos modelos tienen diferentes niveles de riesgo y son adecuados para diferentes tipos de proyectos y empresas.

Palabras clave: Crowdfunding  Finanzas  Educación financiera  Glosario Afluenta  Crowdlending  

Una tendencia que ya es imparable

/ Por Alejandro Cosentino

El financiamiento colectivo (del inglés “crowdfunding”), que conecta directamente a los solicitantes de créditos con inversores que poseen la capacidad para financiarlos, está escribiendo un innovador párrafo en la historia de las finanzas alrededor del mundo. Los productos que solíamos adquirir de los bancos están cambiando por primera vez en siglos y aún no alcanzamos a evaluar las consecuencias de tal impacto.

Esta tendencia mundial es ya imparable sencillamente porque está en manos de las personas, de millones de personas y no de las organizaciones. Veremos, por tanto, mutar las formas y estilos de esos productos tanto así como los actores que los proveen. Lo único seguro es que esta tendencia ya no tiene hay vuelta atrás, no es una moda pasajera.

Inicialmente, los bancos reaccionaron subestimando al financiamiento colectivo como la industria discográfica subestimo la incorporación de la tecnología del “mp3” en los 90. Pensaron que ninguna organización pequeña podría hacer ni mejor ni de forma más económica lo que ellos hacían y que la adopción de estos servicios no sucedería de manera veloz.

Esta tendencia además se potencia por la influencia que la “generación del milenio”, aquellos nacidos a partir del año 1981, está comenzando a tener en nuestra economía. Estos jóvenes ya disponen de ingresos para tomar sus propias decisiones en materia financiera, y al ser más colaborativos que sus antecesores están permitiendo el desarrollo de negocios apoyados en la llamada “economía del compartir”. Estos negocios, apalancados en el uso de la tecnología y las redes sociales, comienzan a utilizar el “compartir” como un elemento estratégico donde el apoyo de la gente a estas propuestas es inversamente proporcional a la aceptación social de los bancos en nuestra sociedad.

En Argentina y en Latinoamérica, Afluenta es el primer caso de éxito de este modelo de finanzas colaborativas pero las finanzas sin bancos ya es una realidad en más de 50 países alrededor del mundo. En los próximos 6 meses veremos ofertas públicas de al menos 4 compañías y se calcula que para el 2025 el mercado del financiamiento colectivo alcanzará la escalofriante marca de US$ 1 trillón de dólares en el mundo haciéndole perder a los bancos una participación de mercado del 25% (para los pesimistas) y del 50% (para los optimistas) de los préstamos a personas y a PyMEs en los EEUU y el Reino Unido.

La gente se siente empoderada, las redes sociales le han dado una voz y han tomado en sus manos la resolución de un reclamo histórico desatendido por los bancos: quieren préstamos más convenientes y rendimientos más justos por su dinero. Como los bancos no lo han brindado entonces decidieron que podían resolverlo entre ellos. Y lo están haciendo muy bien.


Esta columna apareció originalmente en la edición 42 de la Revista Bank.

Palabras clave: Finanzas colaborativas  Inversores  Solicitantes  Crowdfunding  Financiamiento colectivo